Vota
"¡Es igual que el que tenía!", fueron las primeras palabras que pronunció un joven senegalés tras la intervención con la que un equipo médico le reconstruyó un pene nuevo. No era para menos. Lo que un machete cercenó en dos segundos, ha sido reparado en diez horas.
Hace tres semanas que un equipo multidisciplinar de la Fundación Puigvert y el hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona le implantaron, durante una compleja intervención, un miembro completamente nuevo a partir del tejido del antebrazo del paciente, que tiene características similares al pene, junto con dos arterias y dos nervios sensitivos, para construir el cuerpo del pene. Con la piel se le hizo una nueva uretra.
El hombre, de 26 años y de la etnia mandinga, fue atacado con un amigo en Costa de Marfil en 2003. Su amigo murió, cosido a machetazos. A él lo mutilaron, pero sobrevivió. Huyó a Mauritania y comenzó un periplo que lo llevó por las Islas Canarias, Madrid, Asturias y Cataluña, en donde reside desde hace tres años. Alguien le comentó que podía exponer su caso en la Fundación Puigvert, lo que hizo el pasado mes de enero.
Desde hace unos años, el equipo dirigido Eduard Ruiz-Castañé, director del Servicio de Andrología de la Fundación Puigvert, y Jaume Masià, director del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, investigan en nuevos tratamientos para amputaciones del miembro sexual masculino. Ahora el paciente espera que, dentro de seis meses, le implanten un sistema hidráulico en el cuerpo cavernoso del pene con el cual podrá volver a tener erecciones y mantener sexo con penetración, afirma Jaume Masià.
El nuevo pene tiene forma y tamaño similar al original. El paciente también ha recuperado su capacidad sensitiva erógena, la micción normal (por fin puede orinar de pie sin mojarse) y, como conserva los genitales internos, puede eyacular y tener orgasmos. También será capaz de tener hijos en el caso de que sea fértil, añade.
Desde que le han operado, ha cambiado completamente la actitud del joven africano: "Era una persona hundida, triste y muy deprimida, ahora está muy contento y aguanta las curas con estoicismo porque ve que su vida ha cambiado", dice Masià. Lo único que ha pedido reiteradamente es mantener su intimidad. Esta técnica se puede aplicar con independencia de si la causa de la amputación es una enfermedad oncológica o una mutilación traumática, como una explosión o herida de bala, dice Eduard Ruiz-Castañé. De hecho, este equipo multidisciplinar ya tiene en espera dos pacientes, uno de la Fundación Puigvert, que sufrieron amputación por cáncer y que conservan entre 1 y 2 centímetros de pene.